quinta-feira, 14 de julho de 2016

Así se vive en los yates de lujo y para esto sirven, contado por la tripulación

Un superrico sin yate es como un árbol de Navidad sin bolas y la longitud de su eslora es proporcional a la lista de ceros en su cuenta corriente. Si eres rico de verdad tu barquito tiene que superar los 30 metros de largo, tamaño a partir del cual recibe el título de superyate. Se calcula que hoy por hoy sólo hay unas 5.000 embarcaciones de este tipo. Y, claro está, no son baratas. Su precio no baja de los 10 millones que cuestan los modelos más baratos y, además, requieren de una abultada tripulación –en torno a 70 personas– que garantice una travesía agradable. Dada su exclusividad, pocos lugares esconden más secretos que los yates de lujo y, pese a que la discreción es obligatoria para trabajar en una de estas embarcaciones, siempre hay alguien que se va de la lengua (El Confidencial)

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