La cantante y modelo
británica Chloe Khan –también conocida por su nombre artístico, Chloe Mafia– ha
revelado al tabloide británico Daily Star que un piloto de Kuwait Airways, que
se hacía llamar naughty pilot (algo así como “piloto travieso”), invitó a ella
y a una amiga a viajar en la cabina, mientras fumaba y les ofrecía champán. El piloto, que cubría
la ruta de Londres a Nueva York, pidió a una azafata que llevara a Khan y a su
amiga a la cabina tan pronto se hubiesen apagado las luces de los cinturones de
seguridad, algo totalmente prohibido por los protocolos de seguridad impuestos
tras los atentados del 11-S. Cuando Khan le preguntó si se podía estar en la
cabina y beber y fumar junto al comandante este les dijo que allí él ponía las
reglas y que la gente era demasiado quisquillosa. Nos enseñó qué hacía
cada botón y nos dijo que nos podíamos sentar en sus rodillas, ponernos su
gorra de comandante y pilotar el avión Tras invitarlas a la
cabina, el piloto cerró la puerta, pidió la bebida, y empezó a presumir de que
era miembro del Mile High Club, el supuesto club formado por aquellas personas
que han practicado sexo a bordo de un avión. En su corbata llevaba un broche
con el escudo de la selecta (y ficticia) asociación. Entonces le ofreció a las
chicas “pilotar” el avión.
“Nos enseñó qué hacía
cada botón y nos dijo que nos podíamos sentar en sus rodillas, ponernos su
gorra de comandante y pilotar el avión”, narra Khan en Daily Star. “Apreté
algo. No sé qué hizo, pero él aseguraba que no pasaba nada porque el avión
funciona solo. Era un cerdo total. Nos decía que eramos muy sexys y nos pedía
que le llamáramos 'travieso'”. Durante varias horas
el piloto entretuvo a las chicas cantando canciones como Hakuna Matata, de El
Rey León o Un-break My Heart, el éxito de Toni Braxton. Pasado un rato, la cosa
se empezó a calentar. “No estaba bebiendo mucho y cuando me preguntó por qué le
dije que me estaba recuperando de una operación de mis pechos”, explica Khan.
“Entonces me preguntó si podía verlos pero estaban vendados así que le dije que
no”.
Mientras el comandante
presumía de haberse acostado con la mitad de las azafatas, el copiloto se
mantenía al margen de todo lo que ocurría, haciendo como si no estuviera
pasando nada. “Por suerte parecía más concentrado en pilotar”, asegura Khan.
Un piloto en apuros
Aunque la modelo
reconoce que los pilotos no bebieron en todo el trayecto, el capitán se fumó 40
cigarrillos en el transcurso del viaje, algo que también está prohibido desde
2007, y que, unido a la importante brecha de seguridad que implica dejar entrar
a los pasajeros en la cabina, podría costarle más de un disgusto laboral. “Esto no es algo que
debiera pasar”, asegura en el Daily Star el experto en aviación Chris Yates.
“Los pilotos no pueden dejar que gente sin autorización acceda a la cabina.
Hacerlo pone a los pasajeros en riesgo”. Tampoco es que Khan
pueda presumir de un comportamiento ejemplar. La modelo se hizo conocida en
Reino Unido tras ser expulsada del proceso de selección de Factor X por
consumir cocaína y presumir ante las cámaras de cobrar 160 libras la hora como
prostituta. Hoy dirige Speartmint Rhino, una cadena de clubs de striptease
propiedad de su marido, el multimillonario John Gray (El Confidencial)
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